jueves, 21 de mayo de 2009

Confrontación con mi práctica docente









Confrontación con mi práctica docente



En el año de 1975 egrese de la secundaria y tuve que enfrentar la toma de decisión sobre que estudiar, en ese tiempo un hermano y un primo estaban estudiando en la Normal No. 1 Del estado de México la carrera de profesor de educación Primaria; aunado a ello se encontraba el hecho de que para esa carrera no se requerían estudios de preparatoria, por lo que se consideraba como una carrera corta; todo eso conjuntado con el interés que se me había despertado por estudiar en la Normal, me llevaron a decidirme por ingresar a estudiar a esa institución. En mi permanencia en ella pude consolidar mi agrado hacia la carrera y descubrir que poseía algunas de las condiciones y habilidades que se requieren para ser un buen enseñante.
En el año de 1979 egrese satisfactoriamente de la Normal y empecé a trabajar como profesor de educación primaria, en una escuela oficial del estado de México. Cabe mencionar que en este inicio tuve la oportunidad de comprobar que la realidad no concordaba mayormente con lo que se nos enseñaba en el aula, fue entonces cuando empezó el verdadero aprendizaje. Tener que viajar por más de 2 horas en autobús y un trayecto a pié de media hora para poder llegar todos los días a la escuela; encontrarse con aulas de madera improvisadas, grupos multigrados de pocos alumnos, pobreza extrema, ausentismo escolar, entre muchas otras condiciones que hacían que nuestra labor fuera un verdadero reto. Allí fue donde empecé a valorar el papel del profesor, en esas comunidades los muchachos difícilmente terminan la primaria; el respeto a los profesores por parte de los alumnos y de la comunidad en general era manifiesto, lo cual nos motivaba cuando llegaba la desilusión, hubo compañeros que prefirieron buscar otros horizontes y desertaron del magisterio. Después de algún tiempo es grato regresar a esas comunidades y ver como algunos de los que fueron alumnos ahora ya tienen una profesión o son personas que han formado una familia propia y que en general han mejorado las condiciones de vida. Además de que ya existen secundaria y preparatoria.
Después de un tiempo las cosas mejoraron por lo que en 1983 me cambié a una escuela menos retirada y tuve la oportunidad de seguir estudiando por las tardes, cursé la Licenciatura en Historia en la universidad del estado de México, concluyendo en 1987; posteriormente ingresé a la Normal superior del estado de México para estudiar la Licenciatura en Matemáticas en el periodo de 1986 a 1990; de 1996 a 1998 cursé la maestría en Ciencias de la Educación en el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del estado de México. De 1998 a 2001 estudié la maestría en Educación con especialidad en Matemáticas en el Instituto Tecnológico y de estudios Superiores de Monterrey.
En el ámbito laboral, después de trabajar 13 años en escuelas primarias oficiales, pude incorporarme al nivel Medio Superior, iniciando en la escuela Preparatoria Oficial No. 76 con asignaturas como álgebra, trigonometría, geometría analítica, cálculo, estadística. Física, química entre otras. Aquí las condiciones ya son otras pero la responsabilidad sigue siendo grande pues tenemos en nuestras manos a jóvenes que en un corto tiempo tendrán que competir con muchos miles para poder ingresar a las instituciones de educación superior, o que habrán de incorporarse al ámbito laboral o que buscarán una pareja para formar una familia; en todos los casos se requiere que en su tránsito por la Preparatoria puedan adquirir elementos que los hagan mejores seres humanos.
Como profesor de Preparatoria tuve como principal preocupación el tratar de hacer accesibles a los alumnos los conocimientos de mis asignaturas, es decir enseñar de la manera que me hubiese gustado que me enseñaran mis profesores. Una gran satisfacción es ver que los alumnos le encuentren el agrado a nuestras materias y que se expresen bien de uno como docente.
Algo desagradable es ver como alumnos que tienen gran potencial para sobresalir, se conforman con lo mínimo y no quieren dar más. Algunos con el paso del tiempo cambian de actitud otros permanecen así permanentemente.

2 comentarios:

  1. Alfredo:

    Tu experiencia de vida definitivamente te marcó para la vocación de profesor.
    Me agrada tu percepción tan optimista de los alumnos, coincido en la tristeza y frustración que se siente cuando echan por la borda su potencial.

    Saludos.

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  2. Alfredo,
    Es muy cierto lo que mencionas, se aprende a ser docente en la práctica, es innegable que la preparación teórica es importante pero sino la confrontas con la realidad de nada sirve.

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